Desde hace mucho tiempo los fabricantes de coches han invertido constantemente en innovaciones para hacerlos más seguros. Y una de ellas fue la barra estabilizadora, elemento fundamental en los automóviles.
La tecnología y el diseño de las barras estabilizadoras y sus articulaciones juegan un papel clave en el desplazamiento apropiado del automóvil. Y, en consecuencia, en la seguridad y comodidad de sus usuarios, al reducir el balanceo y evitar que el coche vuelque.
Barra estabilizadora, ¿qué es?
Como su nombre lo dice, la barra estabilizadora es un dispositivo que estabiliza la inclinación del coche mientras se desplaza en direcciones curvas. Especialmente cuando el desplazamiento es a alta velocidad.
La barra estabilizadora equilibra la carga cuando el vehículo está en una curva, disminuyendo el balanceo del coche. Es decir, reduce la posibilidad de que una parte de automóvil esté más cerca del suelo que la otra cuando éste se desplaza por una curva.
Es una pieza cilíndrica, rígida, de metal (acero u otra aleación equivalente), curvada en forma de U muy ancha. Está conectada al sistema de suspensión mediante bielas, conocidas también como eslabones finales.
Cuanto más rígida es la barra, menos se inclina el automóvil en las curvas. Por lo que, algunas barras estabilizadoras, de acuerdo a las necesidades del coche, se hacen más rígidas. Mediante el uso de materiales resistentes o aumentando su diámetro para un mejor manejo y rendimiento.
Esta barra conocida con diferentes términos como barra antivuelco, barra antibalanceo, barra de torsión, roll bar, anti roll bar… Se utiliza siempre en la suspensión delantera y, a veces, en la trasera, dependiendo del automóvil.
Su funcionamiento mantiene las ruedas en el suelo
Cuando un coche entra en una curva, la barra estabilizadora experimenta un efecto de torsión para reducir el balanceo del coche.
Ejerce el trabajo necesario para obligar a cada lado del vehículo a bajar o elevarse a alturas similares, manteniendo el automóvil lo más nivelado posible y adherido al suelo. Para ello realiza una serie de movimientos giratorios, con los cuales afecta el sistema de suspensión para restablecer el equilibrio del coche.
Esta barra conecta los dos puntales (extremos izquierdo y derecho) juntos en un eje mediante bielas o bieletas, las cuales están equipadas con una rótula en cada extremo. Esto les permite moverse tanto con la barra estabilizadora como con el resto de la suspensión durante las curvas.
Además, la anti roll bar está unida al chasis de tal manera que solo puede girar alrededor de su eje longitudinal.
En el momento en que se presiona una rueda sobre el eje de la suspensión (una curva, un golpe), la barra estabilizadora se levanta hacia un lado.
Al mismo tiempo, gira alrededor de su eje longitudinal, se eleva en el otro lado y, por lo tanto, la rueda de ese lado (en las curvas: la rueda interior) también se presiona ligeramente hacia arriba en la suspensión.
Como resultado, la diferencia entre las dos ruedas se reduce, el coche rueda menos alrededor de su eje longitudinal y la presión se distribuye mejor entre ambos neumáticos. De esta forma se incrementa el equilibrio del coche.
La barra estabilizadora, importante componente de un vehículo
Durante muchos años la barra estabilizadora se ha instalado en los vehículos y su diseño prácticamente no ha cambiado. Es una de las partes más importantes de la suspensión del coche y como muchas otras piezas requiere de frecuente revisión para el adecuado mantenimiento.
El coche tendría una tendencia a volcarse en las curvas sin la anti roll bar, especialmente si el automóvil se está desplazando a alta velocidad. Y, al mismo tiempo, la conducción en línea recta deterioraría significativamente la comodidad.
Por tanto, su importancia radica en que sirve para mejorar la estabilidad del coche y para reducir el balanceo en las curvas, manteniendo el automóvil paralelo sobre el suelo, disminuyendo así el riesgo de sufrir accidentes.
El oportuno mantenimiento de la barra estabilizadora
Es necesario que se vigile su rendimiento mediante una revisión periódica, con el propósito de disfrutar de una conducción estable en cualquier circunstancia.
Como regla general, un síntoma de daño o desgaste de la barra antibalanceo y sus elementos son fuertes golpes procedentes del área de la suspensión; esto es, los que se perciben cuando el coche va muy rápido o pasa por baches.
Al percibir el golpe originado en el sistema de suspensión es el momento oportuno de buscar al especialista para que realice el mantenimiento adecuado.
Los costes de reparación de las barras de torsión dañadas o desgastadas no suelen ser elevados. Esto se debe a los precios de material relativamente bajos y al reemplazo sencillo de la pieza.
En el caso de que la barra estabilizadora esté dañada, lo recomendable es no usar el coche. Su utilización aumenta el riesgo de una inclinación excesiva y descontrolada de la carrocería durante la conducción. Esto puede llevar a perder el control del vehículo, y en caso extremo provocar su vuelco.
Las barras estabilizadoras, una gran ayuda para la conducción
Aunque todo elemento dentro de un coche es importante, las barras estabilizadoras se presentan como una de las más fundamentales en cuanto a seguridad. Por eso, es necesario que la tengas siempre en cuenta y le apliques el mantenimiento correcto, para así evitar posibles desperfectos que puedan poner en peligro la conducción.
Aprende más sobre el sector automovilístico
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