Mercedes-Benz 540K, una maravilla clásica

Nuevamente os invitamos a dar un paseo por la fascinante historia de Mercedes-Benz. Esta vez, conoceréis el devenir de uno de sus modelos más emblemáticos: el Mercedes-Benz 540K. Los ejemplares bajo esta denominación fueron considerados dentro del segmento de lujo en la Europa de finales de la década de 1930. Vamos, “coches de alta gama”, como diríamos hoy día.

Lo cierto es que estos imponentes vehículos, con su poderoso motor de 8 cilindros en línea y enorme carrocería, siguen siendo objeto de culto. Sobre todo, por parte de coleccionistas que no dudan en invertir exorbitantes sumas de dinero para adquirirlos en subastas.

¡Así que acomódate en tu asiento y disfruta de este recorrido!       

El Mercedes Benz 540K, el sucesor del modelo 500K

Desde un principio, la marca Mercedes se caracterizó por la creación de sus modelos deportivos y por los resultados exitosos obtenidos en diferentes categorías de competencias automovilísticas. Para el año de 1929, el modelo deportivo SSK consigue una gran cantidad de triunfos y apariciones en eventos como las 500 millas de Argentina o el British Tourist Trophy. La letra K en el modelo significaba en alemán “Kompressor” o compresor, debido a que sus motores eran sobrecargados, por lo que contaban con una excelente aceleración.

En el año de 1932, los automóviles comienzan a cambiar su estilo a formas más redondeadas y aerodinámicas. Debido a ello, Mercedes decide presentar el primer modelo 500K W29 en 1934. Este vehículo contaba con la suspensión delantera independiente que se encontraba en el modelo 380 de Mercedes, siendo más cómodo y sencillo de conducir. Para ese tiempo, era considerado un coche de lujo con algunas características deportivas, más que solo un vehículo de carreras.

El modelo 500K llamó la atención de las mujeres, debido a la suavidad que ofrecía al conducir. A pesar de haber pasado una importante crisis económica en aquel entonces, Mercedes-Benz consiguió vender una cifra total de 342 unidades en aproximadamente dos años de producción.

El surgimiento del modelo 540K

Para el año de 1936, en el Salón del Automóvil de París, es presentado el nuevo vehículo Mercedes-Benz 540K. Se trataba de una versión optimizada de su predecesor, diseñada por Friedrich Geiger, basado en el antiguo chasis de la versión 500K, que contaba con 3,28 metros de largo, además de una longitud de 5,2 metros. Gracias a ello, las compañías especializadas en carrocerías tenían la posibilidad de desarrollar líneas más elegantes y fluidas al mismo tiempo. 

Debido al éxito que alcanzó el 500K, a pesar de las dificultades de ese momento, los directivos de Mercedes deciden crear esta versión 540K. Un modelo más evolucionado, con mayor potencia y un aspecto elegante e imponente a la vez. Todas estas características captaron la atención de mandatarios importantes, nobles y magnates, que eran los únicos que tenían suficiente dinero para comprar este vehículo. Esto debido a que en su momento, antes de la Segunda Guerra Mundial, era uno de los vehículos más costosos del mercado.

El ingeniero en jefe del proyecto, Max Sailer, coloca bajo el capó delantero del vehículo un motor sobrealimentado de 8 cilindros con 5.401 c.c. de capacidad y 115 CV de potencia. En consecuencia, al pisar un poco más el acelerador, el coche podía alcanzar una potencia total de 180 CV. Los modelos de mayor importancia eran los convertibles y se encontraban disponibles en dos versiones. Una de ellas es el Cambriolet A, que no contaba con ventanas en la parte trasera y el Cambriolet B, que sí contaba con estas.

El Mercedes-Benz 540K, un coche personalizable

Los clientes tenían la posibilidad de escoger diferentes tipos de carrocería, como CabrioCoupé o Roadster. Aparte de dos variantes según su longitud: un diseño más largo con cuatro ventanillas y otra más corta, pero con solo dos. Como un extra, los usuarios tenían la opción de escoger dos asientos complementarios o el maletero como equipamientos. Además de poder “diseñar” diferentes aspectos del vehículo, ya sea interior o exterior. Entonces, podríamos decir que el Mercedes-Benz 540K era un coche personalizable, algo poco común en ese momento.

Fue precisamente lo viable de su “customización”, a capricho del cliente, lo que provocó que cada una de las versiones del Mercedes-Benz 540K se convirtieran en una pieza única. 

En tan solo 4 años de producción, se crearon aproximadamente unas 419 unidades. Algunas de ellas se conservan en excelente estado en la actualidad, pero su valor solo puede ser pagado por personas con alto poder adquisitivo. Tanto así, que en octubre del 2007 la célebre galería de subastas Sotheby’s vendió uno de estos ejemplares en su versión descapotable, el Special Roadster. El adjudicatario era un pujador anónimo que ofreció por el coche una cifra superior a los 8 millones de dólares.

Mercedes-Benz también intentó comercializar una versión mejorada del vehículo, pero con un motor de 5,8 litros, el denominado 580Ks. Sin embargo, debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial, la producción fue paralizada, dando tiempo tan solo a construir unas pocas unidades.

La prueba de velocidad

La revista “The Motor” se encargó de efectuar las pruebas de velocidad del Mercedes-Benz 540K en 1937. Los expertos comprobaron que el coche alcanzó una velocidad máxima de 106 millas por hora, aproximadamente 170 Km/h. Por otra parte, su aceleración iba de 0 a 60 millas por hora o 97 Km/h, en un tiempo de 15,5 segundos. Sin duda, un increíble desempeño teniendo en cuenta que el vehículo contaba con un chasis de aproximadamente 1,5 toneladas, más otra tonelada adicional por la carrocería. Asimismo, poseía una transmisión manual de 4 velocidades. En 1939 ya contaba con 5 velocidades.

Historias y leyendas del Mercedes-Benz 540K

La “leyenda negra” alrededor del modelo que nos ocupa es que su auge coincidió con el surgimiento del nazismo en Alemania. De hecho, existe testimonio gráfico de su exhibición en el Salón del Automóvil de Berlín en 1935, bajo banderas con la esvástica, previo a su presentación en París (1936). Fue famoso un ejemplar Cabriolet B que el mismísimo Adolfo Hitler obsequiara al rey Faruk de Egipto en 1938.

Sin embargo, este aspecto no hizo mella en la fascinación que el Mercedes-Benz 540K causó, incluso en los Estados Unidos de América. Allí fueron a parar algunas de estas unidades confiscadas al término de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el Cabriolet del mariscal Hermann Goering.

Como dato adicional, muchos propietarios de estos vehículos los escondieron al inicio de la guerra, para evitar su confiscación por las autoridades. 

En concreto, una de las anécdotas más curiosas es la de un propietario de Dresden que puso a resguardo su 540K ante la inminente llegada del ejército soviético tras la derrota de Alemania. Colocó el coche en el garaje subterráneo de su casa, tapó la entrada y cubrió con tierra el acceso a la vivienda. Al caer el muro de Berlín en 1989, esta persona decidió “desenterrar su tesoro” para venderlo y obtener una buena suma para su retiro.

Lo cierto es que después de estar ocultos durante décadas, varios 540K salieron de sus escondites. Y gracias a sus debidas reconstrucciones, se pueden admirar en museos y exhibiciones a nivel global.

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