En 1963 tuvo lugar el lanzamiento de la Mercedes-Benz 600, considerada en su momento la limusina más lujosa del mundo. Con este modelo, la automotriz alemana encontró un sustituto a su Mercedes-Benz 300. El diseño del 600 era completamente innovador e incluyó los últimos adelantos mecánicos de aquellos años, combinados con el lujo indiscutible de una carrocería de limusina de tamaño estándar.
Este formidable coche fue un éxito total, hasta el punto que se presentaron y construyeron versiones del mismo durante 18 años. El Mercedes 600 fue el favorito de monarcas, jefes de estado y varias celebridades. Hoy en día, aún es considerada una de las mejores limusinas de lujo. Acompáñanos a conocer su historia y sus características.
Mercedes-Benz 600 Pullman: las características deslumbrantes de una lujosa limosina
Como hemos dicho, el Mercedes-Benz 600, también llamado el Grosser Mercedes, fue presentado en el Salón del Automóvil de Fráncfort en 1963. De esta manera, la marca alemana retomó su tradición de lujo y máxima potencia. Para demostrarlo, dotó a este modelo de un nuevo motor de ocho cilindros en V de 6,3 litros (6,329 centímetros cúbicos), con inyección de combustible y árbol de levas en cabeza. Este impulsor podía desarrollar una potencia de 250 caballos de vapor (300 SAE) a 4.000 revoluciones por minuto (rpm) y con un par motor de 370 lb-pie, lo que permitía al Mercedes alcanzar una velocidad máxima de 205 km/h.
En principio, la automotriz ofreció el Mercedes-Benz 600 en dos versiones de carrocería. La primera era una limusina de cinco a seis plazas, con distancia entre ejes de 3,2 metros y longitud total de 5,53 metros. Este ejemplar tenía cuatro puertas y un peso de 2,26 toneladas. Por su parte, la segunda era un Pullman de siete a ocho plazas, cuya separación entre ejes era de 3,9 metros y 6,24 metros de longitud total. Además, tenía cuatro o seis puertas, y pesaba nada menos que 2,81 toneladas. Por ello, su velocidad máxima se reducía a un poco menos de 200 km/h. Aun resultando un vehículo pesado, su motor le permitía alcanzar una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 9,7 segundos.
A partir de 1965, Mercedes-Benz incorporó una tercera versión del 600; el landaulet de seis puertas, diferenciado por su techo trasero descapotable.
Mercedes-Benz 600: innovación, lujo y confort por donde se mire
El Mercedes-Benz 600 reunía lo más avanzado en sofisticación mecánica y elementos de lujo. Entre otras características, contaba con un sistema de suspensión neumática y amortiguadores ajustables. Tenía, además, transmisión automática de cuatro velocidades, dirección asistida y frenos de disco en las cuatro ruedas. Por si fuera poco, incorporaba un mecanismo de cierre centralizado por vacío para las puertas y el maletero, para evitar portazos violentos. Su volante era ajustable y contaba con dos sistemas de calefacción y ventilación independientes. También podía incluir una barra en el asiento trasero, al igual que una nevera, tocador y florero.
La experiencia de conducción del Mercedes-Benz 600
En su momento fueron muchas las opiniones positivas que logró el modelo de la automotriz de Stuttgart que nos ocupa. La revista estadounidense especializada Classic & Sports Cars describió la experiencia de manejo del Mercedes-Benz 600 como “impresionante».
En resumen, la publicación alababa la ausencia del “rugido gutural» al encender el motor V8. En su lugar, emitía “un murmullo apagado y exuberante”. Quizás por esta razón no sonaba tenso y apenas hacía ruido en medio del tráfico, a juicio de la revista. Además, al cronista le llamaba la atención que un automóvil con casi tres toneladas de peso, como el 600, pudiera alcanzar los 100 km/h en menos de diez segundos. Esto sin sentirse exigido, ni experimentar un incremento desenfrenado de las revoluciones o cambios repentinos de la caja automática epicicloidal.
Aun sin ser un coche deportivo, el Mercedes-Benz 600 era realmente ágil, considerando sus amplias dimensiones. Tal característica se debe a que su dirección asistida es ligera, aunque directa y de gran tacto. Con esta, el conductor puede lograr un posicionamiento preciso y fácil. Por otro lado, el balanceo de la carrocería es prácticamente imperceptible y no experimenta subvirajes, y los discos de freno, provistos de circuitos hidráulicos separados, ofrecen una gran potencia de frenado.
El sistema de suspensión, un tema aparte
Sobre caminos ondulados, la conducción del Mercedes-Benz 600 era muy cómoda, pues su suspensión autonivelante absorbía el efecto de los baches. De este modo, evitaba su resonancia dentro del vehículo.
Y es que el sistema de suspensión del 600 era innovador. Estaba compuesto por bolsas de aire de goma pesada incorporadas al sistema independiente de las cuatro ruedas. Las mismas subían y bajaban el coche, proporcionando al pasajero la sensación de desplazarse en el aire. Este sistema era complejo y contaba con muchas válvulas y controles, todos ellos al alcance del conductor.
Algunos datos interesantes sobre el Mercedes-Benz 600
El impacto del Mercedes-Benz 600 en el segmento de coches de lujo fue muy sonado. Tanto que la automotriz británica Rolls-Royce, también fabricante de limusinas, llegó a calificar los adelantos técnicos del coche alemán como “trucos”.
Lo cierto es que los 600s fueron construidos en la fábrica de Mercedes-Benz en Sindelfingen, durante 18 años. Entre agosto de 1963 y junio de 1981, se produjeron 2.677 de estos coches. Específicamente 2.190 limusinas estándar, 423 Pullman y 59 landaulettes.
Incluso llegaron a fabricarse dos modelos coupé (dos puertas) del landaulet. Uno de ellos fue obsequiado a Rudolf Uhlenhautl, uno de los ingenieros estrella de Mercedes y parte del equipo que desarrolló el 600, con motivo de su jubilación.
En 1963, apenas se construyeron dos limusinas y un Pullman. Contrastando con este tímido comienzo, 1965 fue el año de mayor producción de Mercedes-Benz 600, con 345 limusinas y 63 Pullmans; en tanto que en 1981, la compañía solo construyó 15 de las primeras y 5 de los segundos.
Ciertamente, entre los propietarios célebres de ejemplares del Mercedes-Benz 600 encontramos a personalidades como el papa Pablo VI y el emperador Hirohito de Japón. También, el magnate griego Aristóteles Onassis y estrellas del rock como Elvis Presley y John Lennon, fueron dueños de unidades del 600.
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