El verano es una de las mejores épocas del año para viajar en automóvil. Sin embargo, las altas temperaturas pueden generar algunas averías de coche que no te gustaría afrontar.
Para evitar estos problemas en tu coche, lo mejor es realizar un completo mantenimiento preventivo antes de salir de viaje, o de ir a algún sitio en un día caluroso.
Mantenimiento preventivo del coche en verano
Puedes evitar muchas reparaciones de averías de coche, si te aseguras de que esté en buen estado de funcionamiento antes de coger el coche y conducir en verano.
No importa si realizas su mantenimiento periódicamente o cada cierto tiempo. Antes de salir de viaje debes hacerlo de nuevo y en profundidad. El mantenimiento preventivo es una de las mejores formas de evitar averías .
A continuación, te presentamos cinco de las averías más comunes de los coches, que puedes enfrentar al conducir en verano.
1. Problemas con la batería
Entre las averías de coche más comunes en verano, tenemos los problemas generados por la pérdida de potencia de la batería. El calor hace que la vida de la batería se reduzca, por lo que hay que cargarla más a menudo.
Si tienes una batería vieja o débil, o si dejas las luces encendidas y no conduces mucho, esto puede hacer que tu coche deje de funcionar cuando hace calor.
Si tu coche no arranca correctamente o no se apaga cuando apagas el motor (lo que se conoce como «ciclo profundo»), puede que haya algún problema con el alternador. Esta situación puede acabar rápidamente con la vida útil de tu batería y generar importantes fallos en el coche.
2. Problemas con el aire acondicionado, una de las averías de coche más frecuentes
Una de las averías de coche más comunes en verano se produce en el aire acondicionado. Si no usas tu coche durante un tiempo y luego conduces en un clima muy cálido, es probable que el aire acondicionado se averíe.
Esto puede ocurrir si has estado guardando tu coche en un garaje o aparcamiento sin utilizar el motor para hacer funcionar el sistema de refrigeración. Asegúrate de revisarlo bien, antes de iniciar tu viaje.
3. Sobrecalentamiento del motor
El sobrecalentamiento del motor es uno de los problemas más comunes de los coches en verano. De hecho, el excesivo sobrecalentamiento del motor, puede hacer que este deje de funcionar.
Entre las causas más comunes de este tipo de avería, tenemos:
- Un termostato defectuoso que no se abre del todo o no se cierra correctamente, permitiendo que entre demasiado refrigerante en el radiador o que no salga lo suficiente.
- Un radiador bloqueado o mangueras de refrigerante que se han obstruido con cal o producto de la corrosión (esto también puede resultar en una temperatura del agua excesivamente alta).
- Una junta del motor con fugas o un sello entre dos piezas del motor, que permite que el vapor salga de la culata y penetre en el sistema de refrigeración, provocando un sobrecalentamiento.
4. Problemas con los neumáticos, otra de las averías de coche más comunes
Los neumáticos son una de las partes más importantes de tu vehículo, te mantienen seguro en todo momento durante tu viaje por carretera. Por esta razón, es crucial realizar una revisión exhaustiva de los neumáticos de tu coche si vas a conducir en verano.
Los problemas con los neumáticos están entre las averías de coche más comunes en verano. Como consecuencia del excesivo calor, el asfalto tiende a sobrecalentarse demasiado (mucho más que la temperatura promedio). La elevada temperatura del suelo, unida a la temperatura de fricción, producto de los largos recorridos, afectan considerablemente el material de las ruedas.
En estos casos, lo recomendable es usar neumáticos de verano, diseñados específicamente para las condiciones climáticas más cálidas; además de evitar recorridos muy largos en las horas del día en las que el sol es más fuerte.
5. Fallos en los frenos
Por último, una de las averías de coche más temidas son los frenos. De hecho, los frenos son probablemente la parte más importante de tu coche.
Si los frenos no funcionan, tu coche no irá a ninguna parte. Peor aún, si vas conduciendo por una montaña o en una autopista con mucho tráfico cuando fallan, esto puede tener consecuencias desastrosas.
Los frenos pueden desgastarse rápidamente al conducir en verano y requerir gastos de sustitución frecuentes. El calor puede afectar gravemente su material, pueden dificultar la detención segura y a altas velocidades. Pueden incluso impedir la aceleración adecuada cuando se necesita (como al incorporarse al tráfico).
En resumen, si sientes que algo funciona mal con los frenos de tu coche, hay que arreglarlo inmediatamente.
La prevención, un gran compañero de viaje
Si vas a conducir en verano, asegúrate de comprobar los niveles de refrigerante y de aceite con frecuencia. También debes vigilar otros líquidos, como el líquido de frenos y el del limpiaparabrisas.
Un poco de preparación te ayudará a mantener tu coche funcionando sin problemas durante tu viaje en estos calurosos meses. Si realizas un mantenimiento regular y evitas que tu vehículo se sobrecaliente, no deberías tener averías en el coche.
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