Una vez más, en GM Chamorro te llevamos a otro recorrido por el glorioso pasado de Mercedes-Benz. En esta ocasión, hablaremos de otro modelo emblemático de la automotriz alemana: el Mercedes-Benz SSK. Se trata de uno de los primeros coches en lucir el emblema de la estrella de tres puntas que hoy identifica a la marca. Además, fue diseñado por otra leyenda de la industria, el reconocido ingeniero Ferdinand Porsche.
¡Así que ponte cómodo y disfruta de este viaje!
Historia del Mercedes-Benz SSK
Finalizada la Primera Guerra Mundial, en el año 1918, Alemania quedó muy afectada tras su derrota militar que generó una crisis importante en el país. Sin embargo, lentamente, empezó a cambiar esa situación. En el caso de la industria automotriz, posiblemente uno de los pasos más importantes fue la unión entre sus dos mayores fabricantes de automóviles. En 1926 se fusionaron Daimler y Benz (Daimler-Benz A.G) para formar lo que hoy conocemos como Mercedes-Benz.
Previamente, la compañía Daimler logró conseguir una buena reputación por sus modelos Mercedes. Pero, al no lograr los resultados esperados en la carrera de Indianápolis de 1923, Paul Daimler, entonces director técnico del equipo, presentó su dimisión. Ese mismo año, toma el mando Ferdinand Porsche, quien hizo aportes relevantes al desarrollo de los motores con compresor para la marca. Esto permitió que Mercedes volviera a la senda del triunfo. Y lo hizo consiguiendo la victoria en la decimoquinta edición de la prestigiosa carrera italiana Targa Florio, en 1924. Entre otros de sus logros, está el triunfo en el primer Gran Premio de Alemania, en el circuito de Avus de Berlín. En esa ocasión, el piloto Rudolf Caracciola condujo un Mercedes-M218.
Ya constituida formalmente la firma Daimler-Benz A.G., Porsche se encargó de diseñar una buena cantidad de coches deportivos que llevarían la marca Mercedes-Benz. De hecho, los deportivos siempre fueron la especialidad del ingeniero austriaco, quien diseñó la serie S de competencia. Los modelos más destacados de esta línea fueron los SS o Súper Deportivo y los SSK (Súper Deportivo Corto).
Cabe destacar que el Mercedes-Benz SSK apenas tuvo una producción de aproximadamente 31 unidades, entre 1928 y 1932. Esto debido a que Porsche se encontraba en pleno auge constructivo y se mantenía desarrollando constantemente otros modelos deportivos.
Características del Mercedes-Benz SSK
El Mercedes-Benz SSK, con un peso aproximado de 1.700 kg, contó con un motor delantero de seis cilindros en línea, con válvulas a la cabeza. Su cubicaje aproximado era de 7.069 cc, que le permitían alcanzar los 225 caballos de fuerza. Adicionalmente, poseía una caja de velocidades de cuatro cambios, con tracción posterior y frenos tipo tambor en sus cuatro ruedas. Alcanzaba una velocidad de hasta 166 km/h, con una aceleración de 0 a 100km/h en 14,5 segundos. Por eso, fue considerado uno de los vehículos más ligeros de la época.
Posteriormente, Porsche dotaría a este modelo de un compresor Roots, elevando su potencia hasta los 250 CV. Esta mejora le permitió reducir aún más los tiempos del vehículo. En efecto, alcanzó una velocidad de 210 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en tan sólo 9,4 segundos.
Como si lo anterior fuera poco, su diseño era igualmente espectacular. El SSK exhibía una carrocería biplaza abierta, montada en un chasis de largueros cortos con perfil de acero prensado en forma de U. Aparte de eso, tenía ejes rígidos, tanto por la parte delantera como por la trasera.
Mercedes-Benz SSK, un modelo cotizado por los coleccionistas
Líneas arriba, dijimos que el Mercedes-Benz SSK es un vehículo de edición limitada, debido a que sólo fabricaron 31 de estos modelos. Pero lo que más llamaba la atención de los coleccionistas, se encontraba debajo de su capó: un motor de 6 cilindros de 250 CV con compresor.
Actualmente, podemos encontrar en el registro del Fichero Informativo de Vehículos Asegurados o FIVA, un total de 100 SSK inscritos. Cabe mencionar que varios de los modelos S y SS, sobre todo en Argentina, fueron convertidos a SSK. Aunque esta práctica no sólo tuvo lugar en tiempos más recientes. Se sabe que a finales de los años 20 y durante la década de los 30 del siglo XX algunos pilotos privados que buscaban adquirir dicho modelo también realizaron dicho cambio.
El Mercedes-Benz SSK, con el chasis N°36045, se convertiría oficialmente en el primer SSK en conseguir el certificado de originalidad. La propia compañía, mediante su departamento de clásicos tuvo a su cargo el trámite. Además, fue matriculado por primera vez en el año de 1930 en Londres, con la placa “GC 96”, diseñado y construido por la Carlton Carriage Company Ltd. Su primer propietario lo mantuvo en su poder durante aproximadamente dos años y medio.
El legendario Mercedes SSK, chasis N°36045
Posteriormente, el “GC 96” pasaría a manos del señor George Edward Milligen en 1941. Un dato curioso es que, antes de adquirirlo Milligen, este ejemplar tuvo otros diez propietarios, todos provenientes de Gran Bretaña. Para ese entonces, Milligen pagó la cifra de 400 libras por el coche. Una cantidad considerable para esa época, teniendo en cuenta que era un vehículo fabricado en territorio enemigo, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Milligen, que era un piloto aficionado, usó el modelo frecuentemente durante la posguerra y fue una figura reconocida en el Vintage Sports Car Club británico. Mantuvo el “GC 96” durante más de 60 años, hasta el día de su fallecimiento.
En 2004, durante una subasta organizada por la empresa Bonhams en Goodwood, el reconocido coleccionista holandés Evert Louwman adquirió el SSK, chasis N°36045. La cifra no podía ser más impresionante: casi 4,2 millones de libras. Luego, Louwman solicitó al departamento de Mercedes-Benz Classic el estudio de la originalidad de dicho vehículo. Por este encargo pagaría una cifra adicional de 15 mil euros.
El mencionado departamento de la marca alemana estudió detenidamente toda la documentación del modelo y realizó pruebas para analizar sus materiales. Durante el proceso, descubrieron que la carcasa del cigüeñal no era del modelo original. Por fortuna, Mercedes-Benz contaba con esa pieza en uno de sus vehículos.
Tras acordar un intercambio y de recuperar el motor original que el “GC 96” no llevaba en el momento de la compra en 2004, Mercedes-Benz certificó el ejemplar como genuino. A día de hoy, sigue siendo una de las atracciones del Museo de Louwman, ubicado en La Haya (Países Bajos).
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